“Por un Valle del Cauca y Cauca libres de Comunismo”

El pasado 1 de noviembre, a la sede de la Central Unitaria de Trabajadores en Valle del Cauca llegó un panfleto firmado por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc). En él se profirieron amenazas contra organizaciones sindicales e indígenas de ese departamento y de Cauca; también fueron declarados “objetivo militar”, con nombre propio, varios líderes sociales de la región, entre ellos el presidente de la CUT a nivel nacional, Fabio Arias.

La amenaza estaba dentro de un sobre que decía: “Cloaca 1. No más comunismo en Colombia – Erradicación- Exterminio y Muerte”, como lo hizo saber la organización sindical por medio de un comunicado. En el panfleto mencionan a la CUT, el Partido Comunista, el partido Comunes, el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Valle (Sutev), el Concejo Regional Indígena del Cauca (Cric) y la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC).

La misiva inicia con una ratificación de este grupo armado de “exterminar a todo rastro de insurgencia las cuales siguen mimetizadas en las organizaciones sociales, sindicales y partidos políticos”. Luego, cuestiona la propuesta de Paz Total, promovida por el gobierno de Gustavo Petro, donde aseguran que estas organizaciones sociales se escudan en ese discurso “para visibilizarse e impulsar reuniones y movilizaciones, con un objetivo claro reorganizar las estructuras urbanas y avanzar en la consolidación de las disidencias”.

Según las Agc, por medio de investigaciones e infiltración de personal, lograron localizar personas y lugares de “guerrilleros mimetizados, quienes públicamente ratifican su compromiso con la guerrilla, el cual busca la acumulación de fuerzas para llegar a una supuesta revolución, tal como lo está impulsando el desmovilizado de Gustavo Petro”.

Además, mencionan a 14 personas, entre líderes sindicales y defensores de derechos humanos, advirtiendo que se reúnen en “cloacas que están ubicadas y que muy pronto desaparecerán”.

Uno de ellos es Wilson Sáenz, presidente de la CUT Valle del Cauca, con quien VERIFICO se puso en contacto para indagar sobre las consecuencias de estas amenazas. El líder sindical dice que este panfleto genera un alto “nivel de temor y zozobra de los integrantes de la organización sindical, en el cual, expresar y ejecutar la defensa de derechos se convirtió en un riesgo”.

Después de recibir este panfleto, todos los amenazados iniciaron el debido proceso de denuncia ante los órganos de control pero hasta el momento no han habido acciones para proteger sus vidas. Lo que sí han recibido, cuenta Sáenz, son “pronunciamientos de organizaciones nacionales e internacionales de rechazo por las amenazas y apoyo total por las labores que realizamos como dirigentes sindicales, sociales, defensores de derechos humanos y movimientos políticos”.

Para él esta situación no es nueva: desde el año 2008 hasta la fecha, ha sido amenazado por diferentes grupos armados ilegales. Lamenta que esta clase de ataques se ha convertido “en una acción sistemática de amedrentamiento, y en varios momentos, de riesgo inminente contra mi vida”.

Sáenz tiene asignado un vehículo blindado y escoltas provistos por la Unidad Nacional de Protección (UNP). “Pero no todos tienen esta garantía”, refiriéndose a la situación de los demás amenazados. 

Mientras tanto, la CUT nacional expresó en su comunicado que ve con preocupación “cómo va en incremento las amenazas, la estigmatización, los señalamientos y asesinatos de líderes sociales, pese a las denuncias que ante el Gobierno Nacional y las autoridades se han realizado, pues no se evidencia una acción efectiva del Estado”.

En cuanto a la Paz Total, que fue cuestionada en este panfleto, Sáenz señala que “al haber paz, se les cae el negocio del narcotráfico, teniendo en cuenta que para estos actores mantener el conflicto armado es muy rentable económicamente”. (Leer más en: Paz Total: el reto del gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez)

Este tipo de intimidaciones intentan detener la labor de defensa de derechos y el trabajo sindical en algunas regiones del país, además de estigmatizar a quienes, enérgicamente, dedican sus vidas a trabajar por las comunidades. 

Sin embargo, Sáenz no dejará que las intimidaciones surtan efecto y frenen el trabajo que ha realizado durante años. “Seguiremos utilizando nuestras voces y acciones en pro de la defensa de los derechos del pueblo colombiano. La paz total no es una opción, es una necesidad”, afirma con convicción.