¿Es una expresión política ilegal de un grupo en armas?

Cansados de reclamar mejoras en el acceso a servicios de salud y no ser escuchados, los docentes que pertenecen a ASOINCA trasladaron la protesta que habían iniciado el 16 de enero de este año en Popayán, a la capital de la República. Su lugar de destino fueron los pasillos exteriores del Congreso, a donde llegaron el 7 de febrero con víveres e instrumentos musicales.

Al día siguiente, ante los bloqueos que los manifestantes realizaban de manera pacífica en inmediaciones de las puertas de la sede del Capitolio Nacional, el presidente de esa corporación realizó una publicación en su perfil de Twitter, en la que cuestionó esa movilización y planteó la posibilidad de que esa protesta “fuera una expresión de grupos afines al ELN”.

Llamó la atención que dicho señalamiento fuera realizado por una persona como Barreras, quien ha apostado por la negociación y la resolución de conflictos. Tan es así, que fue uno de los negociadores plenipotenciarios designados por el entonces presidente Juan Manuel Santos (2010-2018) para ser negociador de paz con la extinta guerrilla de las Farc. Además, fue uno de los principales líderes de la coalición del gobierno del presidente Gustavo Petro.

Ese trino, proveniente de uno de los políticos más importantes del país, rápidamente recibió mensajes a favor y en contra. Algunos internautas respondieron en la línea de Barreras y no dudaron en hacer sindicaciones de supuestos nexos de ese sindicato con la guerrilla del Eln; en cambio, otros le reprocharon que estaba estigmatizando al sindicalismo.

A raíz de esos reclamos, el entonces presidente del Senado de la República eliminó esa publicación. Sin embargo, durante tres horas que estuvo en línea, su trino tuvo un alcance de 166 mil personas y más de 1.500 interacciones

La visión de ASOINCA

Directivos de esa asociación sindical, que pidieron mantener en reserva su identidad, rechazaron las insinuaciones realizadas por Roy Barreras y afirmaron que elevaron el nivel de riesgo que padecen por ser educadores en un departamento tan convulsionado como lo es Cauca. (Leer más en: El departamento más peligroso para los líderes sociales)

“Exigir nuestros derechos ha hecho que personas de talante y representación nacional nos señalen y nos estigmaticen. Nosotros hacemos presencia en las veredas, corregimientos, pueblos y zonas más alejadas. Muchos en Bogotá no saben dónde queda el departamento de Cauca, en donde hacen presencia grupos armados legales y al margen de la Ley; y con esa clase de palabras lo que hacen es estigmatizarnos y colocarnos en un nivel de riesgo muy alto”.

Uno de ellos explica que los reclamos por mejorar la atención en salud no son nuevos y que la situación es tan deficiente, que 129 de sus afiliados han fallecido en los últimos cinco años por demoras en la realización de procedimientos médicos y entrega de medicinas. “A pesar de que se nos descuenta del salario, no se nos presta el servicio de salud”, reclama.

Por esa razón, empezaron una nueva huelga en Popayán, la capital de Cauca, el 16 de enero del año en curso. Como no obtuvieron respuestas por parte del gobierno nacional, trasladaron su protesta a Bogotá, sin levantar la movilización en su ciudad de origen.

Ante los cuestionamientos del senador Barreras, los directivos de ASOINCA niegan que tengan nexos con el Eln y responden que los colores de sus prendas coinciden, pero que tienen significados diferentes: “El rojo representa toda la sangre derramada por todos los trabajadores en Colombia y en el mundo. El negro representa el luto permanrnte y la fuerza que tenemos, que nos compromete en procesos organizativos como trabajadfotes, reivindicadno los derechos y defendiendo la educación pública en el país”.

Sobre la financiación de la numerosa movilización que estuvo durante dos semanas en Bogotá, hasta que suscribieron un acuerdo con el Ministerio del Interior, indican que no tienen ingresos adicionales a los salarios que devengan como educadores, pero que tienen una moderada cuota sindical para sostener un fondo prohuelga, con el que realizaron esas actividades.

Los miembros de ASOINCA reiteran que mensajes como los emitidos por Barreras son muy peligrosos para la organización y sus afiliados, porque desincentivan a que los trabajadores se afilien a los sindicatos y los exponen a diversos riesgos.

Y como ejemplo ponen el asesinato de Jario Enrique Tombé y su esposa. Ambos participaron en las protestas realizadas en febrero en Bogotá y fueron encontrados sin vida el pasado 5 de junio, tras haberse reportado su desaparición el 31 de mayo.

“Un señalamiento de esa naturaleza –dice uno de los dirigentes consultados– es casi dictar órdenes de muerte, dada las circunstancia de violencia y presencia de grupos armados en Cauca, en donde nosotros, los maestros, estamos en medio de todo esto. Hace 15 días fueron asesinados Jairo Tombé y su señora. No recibieron amenazas previas y nos preocupa que por esa clase de mensajes se creen situaciones que deriven en asesinatos directos”.