Como es costumbre entre el pueblo Nasa, cada año, los habitantes del Resguardo Indígena Nasa Paéz-Huila se reúnen en la luna sabia (luna llena) de septiembre para realizar la ceremonia del Yu’ Üsxa (ceremonia al agua, en lengua nasa yuwe) a través de la que armonizan y refrescan los nacimientos de agua que abastecen el corregimiento de Río Negro, en el municipio de Íquira, Huila, a fin de agradecer por el líquido vital y recordar a la comunidad la necesidad de preservarlo. Foto: Heber Yovany Chindicué.
El resguardo Nasa Paéz-Huila es sobreviviente del terremoto y posterior avalancha del río Páez, la cual devastó a miles de hogares indígenas en 1994. Tras la tragedia, al reubicarse del departamento de Cauca al de Huila, mantuvieron sus cuatro ceremonias mayores. El ritual al agua inicia con un recorrido que realiza la comunidad por entre los bosques y las estribaciones de la cordillera Central del corregimiento de Río Negro, Íquira.
Durante la ceremonia visitan cerca de 20 ojos de agua en donde se hacen las ofrendas y pagamentos con aguardiente, plantas “frescas” (plantas del páramo, como el musgo), y plantas “dulces” (de tierra caliente, como la Yacuma). Durante el recorrido los jóvenes van aprendiendo a seguir el legado de cuidado y respeto hacia la madre tierra. Foto: Mauricio Paya.
Al día siguiente, al son de la interpretación de grupos artísticos, con recipientes llenos de agua, la comunidad realiza danzas de agradecimiento por el líquido vital en el polideportivo de la vereda centro de Caloto. Los movimientos corporales de quienes interpretan la ceremonia buscan representar el recorrido del agua y del viento, además de portar el atuendo propio. Foto: Heber Yovany Chindicué.
La presentación dura 10 minutos y después se une toda la comunidad para formar un espiral, que representa el recorrido de la vida según su cosmovisión. Luego, tomados de las manos, salen del polideportivo, atraviesan la tulpa —su sitio de poder en donde se encuentra el fuego— y toman rumbo hacia su sitio sagrado para encontrarse con el agua: la chorrera. Antes de empezar con el recorrido, a cada comunero y estudiante se le da un porción de chaguasgua, una bebida tradicional a base de maíz para mantenerse hidratado durante el trayecto. Foto: Mauricio Paya.
Entre 150 a 200 personas de la comunidad toman rumbo hacia la chorrera Sek Buy, la cascada principal del resguardo, otro de sus sitios de poder. Durante el recorrido de 20 minutos, atraviesan bosques y afluentes de la inspección de Río Negro. Foto: Heber Yovany Chindicué.
El grupo musical de la Institución Educativa Kue Dsi'j “Camino de la juventud” lleva el ritmo de la marcha al son de flautas y tambores mientras camina hacia la chorrera Sek Buy. Foto: Mauricio Paya.
Decenas de niños, niñas y jóvenes, estudiantes de la comunidad, llevan sus artesanías para ofrendar a la chorrera, pidiendo por el fortalecimiento de las habilidades de las mujeres y jóvenes artesanos y músicos; así como por el bienestar y relación armónica con la naturaleza. Este año, varios cursos elaboraron casas para pedir por el fortalecimiento del don de la construcción. Foto: Mauricio Paya.
La chorrera Sek Buy es un sitio de poder donde acude la comunidad con la orientación de los sabios espirituales para refrescar el cuerpo a través del baño. El agua de la cascada sigue su curso hacia río Negro, que se une al río Paez y finalmente desemboca al río Magdalena. Foto: Heber Yovany Chindicué.
Cerca a la cascada, los sabios espirituales esperan a toda la comunidad, armonizando y preparando el espacio antes de la llegada de su pueblo. Foto: Heber Yovany Chindicué.
Las sabedoras y artesanas acompañan el espacio con alegría y entusiasmo, esperanzadas en su conexión con la madre tierra. Ellas plasman, a través de sus tejidos, todo el sentir del ser Nasa. Foto: Mauricio Paya.
Usando las plantas frescas con las que el día anterior los sabios habían ofrendado a los ojos de agua de la comunidad en preparación de la ceremonia, en la chorrera los sabios espirituales mezclan, en uno de los recipientes, plantas con el agua que van a usar para bañar a los presentes. El otro recipiente, lo llenan sólo con agua de la casca Foto: Mauricio Paya.
En orden de llegada, se inicia el baño con dos intenciones. El primero, solo con el agua de la chorrera, es para equilibrar las buenas energías que acompañan a cada comunero. El segundo, con la preparación del agua de la cascada y las plantas frescas, es para ahuyentar las energías negativas que rondan a la persona. Foto: Mauricio Paya.
Uno a uno van pasando los miembros de la comunidad para recibir el baño de los sabios espirituales. Foto: Mauricio Paya.
Las personas que tienen un rol de autoridad dentro de la comunidad y la institución educativa encomiendan su bastón de mando, un símbolo de autoridad, para que su labor esté bien direccionada y pueda representar con honor a todo su pueblo. Foto: Heber Yovany Chindicué.
Cuando reciben el baño, la comunidad continúa con la ofrenda de sus artesanías. Foto: Heber Yovany Chindicué.
Las artesanías quedan depositadas junto a la chorrera. Foto: Mauricio Paya.
Los asistentes a la ceremonia se despiden de sus mayores y mayoras, agradeciéndoles por esperarlos y armonizar el espacio. Al final, los adultos comparten el chirrinchi de agradecimiento en celebración de haber culminado favorablemente el espacio.
A pesar de que las tradiciones indígenas pueden ser vistas equívocamente por ojos externos como hechicería, para las comunidades Nasa se realiza esta ceremonia para que el agua esté siempre en abundancia y enriquezca a su pueblo, buscando garantizar la permanencia en sus territorios y vivir en armonía con la naturaleza. Foto: Mauricio Paya.