Defensores y liderazgos indígenas, los más estigmatizados en Colombia

análisis

Por: Equipo de Verifico

12 de octubre de 2024 * Colombia

Escúchalo

Descárgalo

PDF

Compártelo

A lo largo de 16 meses, VERIFICO ha chequeado 70 mensajes de desinformación y estigmatización contra personas defensoras de derechos humanos, que fueron emitidos por sectores influyentes en la opinión pública. El segmento más señalado es el indígena, con afirmaciones provenientes de políticos, periodistas, medios de comunicación, usuarios de redes sociales influyentes y grupos armados.

Durante muchos años, la fecha del 12 de octubre fue designada para conmemorar el descubrimiento de América o celebrar el Día de la Raza. Sin embargo, a partir de 2021, por disposición del Ministerio de Cultura, en Colombia pasó a ser el Día de la Diversidad Étnica y Cultural. 


“El 12 de octubre, hace 532 años, para nosotros llegó una invasión que quiso matar las raíces de los pueblos indígenas y desde ese tiempo hemos venido resistiendo”, explica Luis Acosta, coordinador nacional de la Guardia Indígena. “Nosotros no celebramos, memoramos que empezó la lucha por nuestra dignidad, nuestro territorio y nuestras costumbres. Para nosotros no hubo el encuentro de dos razas y no es el Día de la Raza, porque no somos una, somos pueblos originarios”, 


Siglos después, esa convicción y constancia por vivir bajo la cosmovisión de sus ancestros ha llevado a que las comunidades y líderes indígenas sufran diferentes repertorios de violencia. Con motivo de esta fecha, en VERIFICO pusimos la lupa en las agresiones verbales y la desinformación que padecen, que en muchas ocasiones derivan en amenazas, atentados, desplazamientos y asesinatos.


Esta plataforma web, creada por VerdadAbierta.com en alianza con Protection International y el apoyo financiero del Servicio de Instrumentos de Política Exterior (FPI) de la Unión Europea, ha contrastado 70 mensajes falsos, de los cuales, 30 fueron contra liderazgos indígenas. Esa cantidad lo lleva a ocupar el primer lugar como el sector más señalado y a triplicar la cantidad casos del segundo lugar.

Cuatro narrativas dominan los mensajes de desinformación y estigmatización contra los pueblos ancestrales: que la Guardia Indígena es violenta, opera como un grupo armado o es parte del conflicto; que son los mayores terratenientes del país y unos “vagos” que no producen en sus tierras; que carecen de capacidad crítica y son instrumentalizados por el gobierno nacional; y que son opositores del desarrollo y un lastre para la Nación. 


La mayoría de esas afirmaciones y señalamientos han sido realizadas por políticos, periodistas y medios de comunicación; en menor medida por grupos armados ilegales y personas ligadas a la Fuerza Pública. 

Llama la atención que los mensajes de estigmatización y desinformación aumentan drásticamente cuando las comunidades indígenas realizan mingas o se movilizan, ya sea de manera independiente o para apoyar políticas del gobierno nacional. Así ocurrió el 1 de mayo de 2023 y el 22 de agosto de este año, cuando hicieron diferentes marchas en Bogotá y Medellín, respectivamente.

En el fondo, esos mensajes tienen una fuerte carga de racismo y evidencian desconocimiento del mundo indígena y de las leyes que protegen sus derechos. Camilo Niño, secretario General de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI), considera que “Colombia es uno de los países que no ha podido superar el racismo y la discriminación hacia los procesos de reivindicación de las minorías étnicas. Aún queda en el núcleo de la sociedad gran parte de discriminación, que sigue viendo a los pueblos indígenas como menores de edad que necesitan de su guía para pervivir”. 


Esa postura es compartida por Aída Quilcué, lideresa del pueblo Nasa del departamento de Cauca, quien desde 2022 es senadora de la República. La legisladora plantea que aún perdura un racismo estructural y hay sectores que menosprecian a las comunidades indígenas. “En el Congreso me ha tocado dar unas peleas muy fuertes para que sea tenido en cuenta el concepto indígena”, dice. “Todo el mundo cree que los indígenas somos menores de edad o que no sabemos leer; pero nosotros sabemos leer, pensar, sentir, decidir, proponer, orientar y conducir procesos. Muchos quieren hablar por los pueblos indígenas y decidir por sus derechos”.

Los efectos de estigmatizar

Las palabras dichas en algún medio de comunicación y escritas en redes sociales aparentemente no generan efectos más allá de alimentar discusiones o comentarios. Sin embargo, en las regiones donde habitan las comunidades indígenas, son determinantes. En muchas ocasiones, las afirmaciones de personas con relevancia en la opinión pública pueden desencadenar agresiones y justificar violencia.


“Si una persona tiene mucha relevancia a nivel nacional, esto lleva a que los medios repliquen y lleguen a muchos escenarios donde los pueblos indígenas no tienen incidencia. Y nosotros estamos en escenarios complejos y territorios difíciles, donde no hay presencia del Estado y hay actores que se imponen a través de las armas”, indica Niño. “Al no existir una refutación frente a lo que manifiesta una persona que tiene ese impacto en los medios, nos ponen en riesgo y mayor vulnerabilidad. Así se incrementa la estigmatización de los líderes y luchas reivindicativas de los pueblos”.


Acosta, el coordinador de la Guardia Indígena, lo ejemplifica con un hecho concreto: “Cuando señalan a la Guardia Indígena de ser ejércitos napoleónicos, que somos autodefensas o que estamos al servicio de la guerrilla, al otro día nos matan una guardia en Toribío”.

“El poder, la falsedad y el señalamiento, generan conflicto. El señalamiento y la desinformación generan desplazamiento y violencia en los territorios”, agrega. “Nos ha traído consecuencias de amenazas, desplazamientos, medidas de protección y asesinatos. Los señalamientos generan muerte y que no podamos concentrarnos en desarrollar nuestros planes de vida porque la guerra se pone encima de nosotros”.


Los efectos de la estigmatización, en el caso de los liderazgos indígenas, trascienden la esfera individual y afectan a todo el proceso comunitario. Anyi Zapata, coordinadora del Tejido de Defensa de la Vida de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin), recalca que los indígenas siempre hablan desde lo colectivo y que son uno sólo, por eso el señalamiento contra sus líderes afecta en conjunto.


“Ese tipo de mensajes fracturan y no reconocen el enfoque diferencial que tienen las comunidades étnicas en el país”, concluye Zapata. De manera similar, la senadora Quilcué alerta que no sólo los líderes y la Guardia Indígena sufren de estigmatización, sino también las movilizaciones o mingas que realizan para exigir derechos.


Lo anterior termina convirtiéndose en un ciclo de señalamientos. “Eso significa amenazas, que se traducen en agresiones sistemáticas y exclusión. Nos ha tocado movilizarnos y la movilización ha sido estigmatizada, pero es el mecanismo por el cual nos ha tocado hacernos escuchar y respetar, para hacer sentir que los pueblos indígenas existen en Colombia”, afirma.


Por realizar movilizaciones a favor del gobierno nacional, con el cual comparten puntos en común, los indígenas han sido tratados como borregos, prepagos y servicios de alquiler por parte de periodistas y políticos.


Entre los tipos de mensajes de desinformación y estigmatización contrastados por VERIFICO, 10 se basaron en descontextualización, nueve en difamación, seis en ironía y cinco en discriminación. (Haga clic aquí para conocer la definición de cada una de esas categorías de análisis)

La otra cara de la historia

Los chequeos realizados por VERIFICO dan cuenta de que las principales narrativas con las que son estigmatizados los pueblos indígenas giran alrededor de sus tradiciones y su relacionamiento con la tierra. Se ha vuelto lugar común por parte de políticos, medios de comunicación, periodistas, amplios sectores de la sociedad y hasta de grupos armados, señalarlos de terratenientes, opositores al desarrollo, vagos y actores del conflicto.


Lideresas y lideres indígenas señalan que hay un gran desconocimiento de la visión que tienen como pueblo milenario y de su relacionamiento con la vida. 


“No es que los indios seamos perezosos. Hemos sido los mayores conservadores de la Madre Tierra o, para el otro concepto, del medioambiente. Si no hubiera sido por el cuidado de los pueblos indígenas, no habría agua ni qué respirar”, explica la senadora Quilcué.


Y agrega: “Hoy estamos a puertas de la COP16, la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad, justamente para protegerla. Y hemos sido nosotros quienes hemos cuidado vertientes de agua, bosques. No es por pereza, sino que nuestra visión de desarrollo se aleja del capitalismo, que busca explotar y acabar con todo para obtener recursos. Nosotros consideramos que la naturaleza es un ser viviente, que por lo tanto tenemos que cuidarla. Eso no implica que los indios no le hayamos aportado al país. Al contrario, gracias a los indígenas, hoy existe esa biodiversidad”. 

Niño, de la CNTI, desmiente que los indígenas sean los mayores terratenientes del país, una narrativa que ha sido promovida constantemente por la senadora María Fernanda Cabal. Si bien 33 millones de hectáreas están titulados a pueblos indígenas, tan sólo pueden hacer uso del tres por ciento de ellas al encontrarse en zonas de protección ambiental o no ser aptas para la explotación agropecuaria. 


“Poner a los pueblos indígenas como los terratenientes, sin conocer el contexto, la diversidad de los territorios, las funciones ecológicas que representan para la humanidad, es también ignorar que en la biodiversidad está la clave de la supervivencia de la humanidad. “La lucha de los pueblos indígenas hoy es crucial frente a los desafíos actuales”, explica.


La Guardia Indígena también es objeto de estigmatización. Y no sólo de sectores legales, sino también de grupos armados ilegales. Uno de esos casos ocurrió en mayo de este año en Cauca, cuando la disidencia del Estado Mayor Central las Farc publicó en su cuenta de la red social X un mensaje en el que señaló a un guardia indígena de ser supuestamente parte del ELN.


Acosta precisa que mensajes como esos son falsos y buscan deslegitimar la labor de ese colectivo, que a nivel nacional está compuesto por 115.000 indígenas que voluntariamente se dedican a proteger el medioambiente, resguardar a las comunidades del conflicto armado y responder a emergencias humanitarias.


La senadora Quilcué lo complementa, diciendo que la Guardia Indígena es una iniciativa de paz. “Nos ha tocado defendernos frente a la agresión permanente del conflicto armado y de situaciones que se viven en los territorios. No por eso son terroristas, no por eso hacen parte de los grupos armados”.


Y agrega: “Si bien muchos jóvenes han sido reclutados de distintas maneras por grupos armados ilegales, eso no quiere decir que la Guardia Indígena haga parte de ellos, como nos han señalado siempre. Pero sí podemos decir que la Guardia Indígena ha salvado vidas y cuidado los territorios junto con sus autoridades y comunidades”.


Esta fecha puede ser una oportunidad para romper los ciclos de estigmatización contra quienes defienden los derechos de las comunidades indígenas. Este es uno de los sectores más golpeados por la violencia y el año pasado, según reportes del Programa Somos Defensores, 33 guardias indígenas y autoridades tradicionales fueron asesinados por defender sus territorios y tradiciones culturales.

Si conoce algún caso de desinformación y estigmatización contra personas defensoras de derechos humanos, envíelo al correo contacto@verdadabierta.com para ser analizado por el equipo de VERIFICO e incluirlo en su base de datos.

Descárgalo

PDF

Compártelo