VERIFICO: lo que chequeamos en 2024

análisis

Por: Equipo de Verifico

13 de enero de 2025 * Colombia

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El año pasado seguimos contrastando y verificando mensajes de desinformación y estigmatización contra personas defensoras de derechos humanos, que fueron emitidos por sectores con impacto en la opinión pública. En total, fueron 49 los mensajes chequeados.

Colombia es el país en donde más activistas sociales, protectores ambientales y defensores de derechos humanos son asesinados anualmente, así lo demuestran los informes que Global Witness y Front Line Defenders han publicado en los últimos años. Organizaciones sociales, centros de estudios y entidades estatales consideran que la desinformación y la estigmatización son la base de la que surgen las múltiples violencias que azotan a quienes asumen la vocería de diversas causas.


Por esa razón, VerdadAbierta.com y Protection International (PI) se aliaron para investigar qué hay detrás de esos fenómenos, cuáles son sus expresiones, qué efectos producen y, contextualizar, desde la mirada de las personas señaladas, cuál es la labor que realizan defendiendo los derechos humanos.


Gracias al apoyo del Servicio de Instrumentos de Política Exterior (FPI) de la Unión Europea, PI lo hace desde una investigación académica que parte de trabajo de campo en seis departamentos de del país, y VerdadAbierta.com desde el portal VERIFICO, el cual fue creado para chequear mensajes de desinformación y estigmatización.


Esta plataforma fue puesta en línea el 15 de junio de 2023 y desde esa fecha, por medio del periodismo de investigación y del análisis del discurso, ha realizado 81 verificaciones o chequeos. De ellos, 49 corresponden al año pasado.


El sector más señalado fue el indígena, seguido del medioambiental. Esto demuestra las fuertes tensiones que hay en algunas regiones del país sobre modelos de desarrollo, preservación de ecosistemas y la ejecución de los planes de vida de los pueblos originarios.  

La mayoría de esos mensajes circularon por la red social X -anteriormente conocida como Twitter- (29), pero también fueron difundidos en medios de comunicación tradicionales (10), mensajería (7, entre panfletos y comunicados), TikTok (2) y declaraciones públicas (1). Entre los sectores que más señalamientos realizaron están el político y la prensa.

Por su metodología, los mensajes chequeados en VERIFICO son clasificados en seis categorías que parten del análisis del discurso y la intencionalidad de quienes los emiten: Descontextualización, Difamación, Ironía, Discriminación, Ataque Político y Engaño.

En cuanto a los emisores de estos mensajes, Miguel Polo Polo, representante a la Cámara por la Circunscripción Especial Afrodescendiente, con cuatro verificados, es a quien más mensajes de desinformación o estigmatización le fueron chequeados durante 2024. Dos están relacionados con víctimas de 'falsos positivos', uno con una Guardia Campesina y el restante con una movilización de comunidades indígenas.


Al congresista le siguen las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y la disidencia del Estado Mayor Central de las Farc (EMC), quienes por panfleto amenazaron a defensores de derechos humanos y organizaciones sociales, señalándolas de ser, supuestamente, afines a sus enemigos. El primero con tres casos; y el segundo, con dos.


Otro emisor con dos verificados es el presidente Gustavo Petro. El primero trata sobre la estigmatización al Comité SOS Gorgona, que se opone a la instalación de una base militar en esa isla caucana que también funge como Parque Nacional Natural; y el segundo, sobre falsas afirmaciones contra la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que desencadenó una serie de estigmatizaciones en redes sociales por parte de sus seguidores.


El resto de mensajes chequeados fueron emitidos por el expresidente Álvaro Uribe y la senadora María Fernanda Cabal; la ministra de Medioambiente, Susana Muhammad; el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar; y medios como El Tiempo, Caracol Radio y Semana. Otros 28 emisores cuentan con un sólo caso cada uno en VERIFICO durante 2024.


El análisis de los últimos 12 meses pone de presente que los señalamientos aumentan en momentos coyunturales o cuando hay movilizaciones sociales. Esa tendencia fue clara cuando comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas realizaron manifestaciones para reclamar por sus derechos.


Por otro lado, la mayor parte de los mensajes se concentran en narrativas que tildan a los activistas de ser opositores del desarrollo, enemigos del Estado o de ser instrumentalizados por el actual gobierno nacional. El intento de deslegitimar los reclamos provenientes de diferentes partes también abarca a organizaciones de víctimas que buscan justicia por los daños que les produjo el conflicto armado.

Una constante

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) documentó el asesinato 172 personas defensoras de derechos humanos en 2024. Juana Cabezas, una de sus investigadoras, explica que la estigmatización es un factor de riesgo permanente en las comunidades que afecta grandemente a los liderazgos sociales, “porque tocan poderes locales, regionales y nacionales. Sus reclamaciones ponen en tensión las relaciones de poder que existen en los territorios”.


Para Astrid Torres, coordinadora del Programa Somos Defensores, organización no gubernamental que desde 2002 documenta diferentes tipos de agresiones contra personas defensoras de derechos humanos, estas personas han sido históricamente señaladas por ir contracorriente de intereses dominantes y la estigmatización es el terreno sobre el que siempre se han tenido que mover.


“Este es un tema muy importante de analizar porque las expresiones de la estigmatización están muy arraigadas y buscan mermar la labor de estas personas que siempre son vistas como un oponente o un contrario”, indica Torres.


Y agrega: “La estigmatización hace parte de un cúmulo de agresiones. Y, en el caso de ser realizada por grupos armados, genera un efecto muy rápido porque la gente teme por su vida, porque sabe que tras una amenaza viene un desplazamiento forzado cuando les va bien, o en el peor de los casos, vienen asesinatos”.


De manera similar a Torres, Eduin Mauricio Capaz, coordinador del Área de Derechos Humanos del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), señala que la estigmatización es la antesala del exterminio físico de las comunidades.


“Es una realidad. Se está dando. Es constante y no se ha dimensionado que es peligrosa y tiene consecuencias. Esto lo digo porque hay un sector desde lo institucional, legal y social, que ha caído en estigmatización hacia los pueblos indígenas, que se siente como una prejustificación de los fatídicos hechos que después siguen”, indica.


Sobre por qué el sector indígena es el más estigmatizado, Capaz considera que se debe a que la creciente polarización del país ha utilizado a la violencia verbal y física como una forma de intentar alinear o generar control del movimiento indígena. Lo anterior choca con el mandato de autonomía de este pueblo originario.


“Desafortunadamente, plantearse distinto al otro o en un lugar de percepción diferente, ha sido catalogado como malo, como contrario, como subversivo, como antisocial, como antidesarrollo. Con este tipo de cosas nos califican y la realidad no es así. El hecho de que no vayamos al mismo ritmo de la sociedad, no significa que estemos haciendo cosas malas”, precisa.


Y prosigue: “El hecho de que no le copiemos a la dinámica armada o económica, no significa que se puedan catalogar nuestras organizaciones como subversivas o antiestatales. Desafortunadamente estamos en un contexto bastante complicado: hay economías ilícitas, proliferación de grupos armados que tienen posiciones radicales, y el movimiento indígena siempre ha luchado por su libertad y autodeterminación. Y eso es lo que hace que seamos estigmatizados no sólo por un sector violento en el territorio, sino por una parte de la sociedad y del Estado”.


Como lo indica Capaz, Juana Cabezas, de Indepaz, señala que en talleres que han realizado con diferentes comunidades, les han advertido que la estigmatización no es exclusiva de actores armados. Funcionarios estatales, quienes en algunos casos deben proveer protección y activar mecanismos de seguridad para defensores de derechos humanos en riesgo, también incurren en ella.


Por esa razón, señala que la estigmatización debe ser contrarrestada con ejercicios de pedagogía: “La gente no reconoce qué es un líder social ni sabe que puede tener múltiples camisetas; es decir, que a la vez que puede ser un líder político porque que se lanzó a una alcaldía, también puede ser un ambientalista muy fuerte y un líder comunal. Ese desconocimiento hace que la estigmatización crezca, y más si viene de instituciones del Estado que deben dar las directrices de un buen manejo de lenguaje cuando se refieren a ellos y activar mecanismos para su atención”. 

Si conoce casos de desinformación o estigmatización contra personas defensoras de DD.HH., escríbanos a contacto@verdadabierta.com.

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